LA COMETA DE LÍA
Aquella tarde se
desencadeno un viento agradable y Lía se dispuso a sacar su cometa al campo
cercano a su casa. De pronto se desencadenó un terrible vendaval que logró arrancar
la cometa de sus manos.
La cometa vapuleada por el viento,
daba vueltas y más vueltas, hasta chocar contra una nube gorda y mullida.
Allí la cometa se sentía segura y
feliz, pero pronto la nube empezó a ponerse oscura y fría, hasta empezar a
derramar agua sobre la tierra.
Cuando paró de llover la cometa
estaba aterida de frío; y por supuesto encogida y deteriorada.
Por suerte, el viento volvió a soplar y
la cometa impulsada por él logró volver a volar, hasta ir a parar al jardín de
Lía y quedar enganchada en un árbol.
Allí pasó la noche.
Cuando Lía salió al jardín por la mañana y la vio se puso contentísima.
Avisó a su papá, puesto que el árbol era muy
alto y éste con una escalera consiguió recuperarla. Como había quedado
estropeada se la arregló y Lía se sintió muy feliz y agradecida por tener nuevamente
consigo a su querida cometa.
Cuento para niños
Autora: Isa Mary Coll
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