Manos hacia el cielo
Los ancianos de la residencia donde voy una tarde. Ayer recibieron la unción de los enfermos.Yo sujetaba las manos ( de los menos válidos) mientras el sacerdote les ungía su frente y manos con el óleo santo.
Me sentí agradecida a Dios por vivir con ellos ese momento.
Sus ojos se iluminaban y sus labios esbozaban una débil sonrisa.
Percibí su fragilidad y pequeñez. Qué es también la mía
Las huellas que va dejando en nuestro cuerpo el camino recorrido de la vida.
Luchas, anhelos y esperanzas vividas. Gozos y lagrimas.
Creo que Jesucristo resucitado está al lado de cada uno de nosotros.
Si Le sabemos escuchar nos está diciendo:
¡ No temas ¡ Yo siempre estoy a tu lado. Te amo en tu debilidad.
Mí espíritu te da fuerza para aceptar tus dolores y limitaciones.
Yo creo que si de verdad confiamos en Jesús y en el espíritu
Podemos empezar a vivir ya un poco el Cielo en la tierra.
Isa Mary Coll
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