EL
GOLONDRINO HERIDO
Las golondrinas
son unas aves muy hermosas.
Suelen hacer
sus nidos en los aleros de los tejados, vigas de sitios solitarios,...
Cuando
empieza el frío otoñal marchan a otros lugares más cálidos para regresar en
primavera al nido que dejaron.
En uno de
estos nidos, hecho con su esfuerzo en una nave vieja a las afueras de SALAMANCA,
vivía una familia de golondrinos:
Mamá
golondrina, papá golondrino y dos golondrinillos.
El
golondrino pequeño se llamaba Pepe.
Era el mes
de septiembre y comenzaron a soplar el viento y la lluvia.
Por lo tanto
la familia de los golondrinos decidieron emigrar a nuevas tierras.
Al cruzar
SALAMANCA se quedaron alucinados y hasta asustados.
En el cielo aparecían
luces de todos los colores, hacían formas maravillosas y hasta con unos ruidos
ensordecedores. PUM, PIN, PAM
Pepe
asustado se despistó de sus papás y volando a la deriva fue a caer encima de la
torre de la Catedral.
Por más que
sus papás lo buscaron no lograron encontrarlo.
Pepe estaba
triste, se sentía muy solo y tenía hambre y frío.
Así pasó la
noche, pero al día siguiente; ya sin fuerzas cayo mareado al suelo.
Pasaba por
allí un grupito de niños. Muy conmovidos
al ver a
Pepe medio muerto decidieron llevárselo.
Uno de ellos
llamado Erick era muy amante los animales y tenía una gran jaula.
Todos
estuvieron de acuerdo en que a Pepe se lo llevase él para cuidarlo.
Los demás
irían a verlo de vez en cuando.
Pasó un
tiempo, Erick lo cuidaba muy bien, le daba de comer alpiste y manzana y hasta
lo soltaba a volar un poquito en una habitación.
Pero Pepe
seguía muy triste y estaba muy delgadito.
Entonces
Erick decidió soltarlo.
Cuando
estuvo libre voló y voló hasta encontrar su antiguo nido.
Allí vivió
solito hasta que llego la primavera.
Pero un día
cuando regresaba de buscar comida.
¡¡¡Oh,
sorpresa!!!
El nido
estaba ocupado por sus papás y hermano.
Todos
empezaron a darse besos con sus picos y abrazotes con sus alas.
¡¡¡Ya no
volverían a separarse!!!
Autora Isa Mary Coll.
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