Hermoso Domingo para todos.
Estamos en cuaresma.
Tiempo fuerte para los cristianos.
Tiempo de renovación, oración y agradecimiento.
Tiempo de morir a lo que nos daña
y resucitar con la ayuda de Jesús a lo bueno, lo justo y
constructivo; a aquello que sea beneficioso para mí y para los demás.
Así lograremos mejorar un poco nuestro entorno y nuestro mundo.
Muerte y Resurrección
Van unidas a la propia vida.
A muchos momentos de nuestra vida.
Pues a ejemplo de Jesús, vayamos siempre en camino,
dejando a nuestro paso obras de amor y de misericordia.
Cada día es único y jamás se volverá a repetir.
Pongámonos en manos de Dios cada mañana y oremos de forma
personal, pidiéndole su ayuda para cumplir su voluntad.
Y por la noche reflexionemos un poco:
- En los momentos en que he sentido a Dios cercano lo largo del día.
- En los momentos gozosos.
- En las sonrisas y perdones que he dedicado a mis hermanos,
en las escuchas, en las renuncias, en los sufrimientos,
en las manos que he tendido,...
Pidamos también perdón por nuestras ofensas,
y demos gracias por un día más vivido en su presencia.
Isa Mary Coll