LA SEMILLA
La semillita estaba bajo la tierra. Ya había llegado la primavera y el tiempo era variable, como suele ser el mes de Mayo.
por eso nuestra semilla a veces sentía frío y otras estaba muy calentita y entonces se sentía muy a gusto acurrucadita entre la tierra, pero el sol le dijo un día:
- ¡Despierta perezosilla, ya estamos en primavera! Basta de tanto dormir.
Ella respondió con voz muy suavecita:
- ¿Cómo voy a salir de mi casita si estoy desnuda?
La nube que oyó la conversación dijo en voz alta:
- Eso lo arreglo yo enseguida, con mi barriga llena de agua regaré la tierra; entonces empezarás a crecer y tu cuerpo se cubrirá poco a poco con el vestido más maravilloso que pudieras soñar. A veces te quedarás así de bella para adornar los campos y después te transformarás en delicioso fruto.
- ¡Qué guay!
Y la semilla salió de la tierra.
Su cuerpo empezó a crecer y fueron apareciendo tiernas hojitas y una florecilla bebé que pronto se abrió apareciendo unos pétalos de seda de color rosa pálido. El sol enseguida le dio un beso de bienvenida y al igual la nube y el viento.
La flor se sentía muy orgullosa y feliz, empezó a mirar a todas partes y descubrió que aquel campo estaba lleno de flores, una eran iguales que ella y otras diferentes pero también muy bellas.
También se oían alegres trinos y otros sonidos de insectos que ella aún no conocía. Por cima de ella bailaban preciosas mariposas que a veces le hacían cosquillitas con sus alas.
Todo era hermoso fuera de la tierra.
¡Qué importante era vivir!
- ¡Qué guay!
Y la semilla salió de la tierra.
Su cuerpo empezó a crecer y fueron apareciendo tiernas hojitas y una florecilla bebé que pronto se abrió apareciendo unos pétalos de seda de color rosa pálido. El sol enseguida le dio un beso de bienvenida y al igual la nube y el viento.
La flor se sentía muy orgullosa y feliz, empezó a mirar a todas partes y descubrió que aquel campo estaba lleno de flores, una eran iguales que ella y otras diferentes pero también muy bellas.
También se oían alegres trinos y otros sonidos de insectos que ella aún no conocía. Por cima de ella bailaban preciosas mariposas que a veces le hacían cosquillitas con sus alas.
Todo era hermoso fuera de la tierra.
¡Qué importante era vivir!